sábado, 31 de octubre de 2009

LA GRAN SALVACIÓN (A)

Ianna Astrofmak de Humag era una mujer Tra-hall como todas, vestía túnicas de lino, era hermosa y dulce. Todos la apreciaban ya que era la mujer más bella de Hierbas Dulces. Pero ella tenía algo que no todas las mujeres podían conseguir, ella poseía algo único, hermoso, bellísimo.
Poseía la gema Carbugette, una gema que tenía tanto poder que ni el mismo Misáianes podría superar. Este diamante había sido incrustado en una piedra milenaria, la Talla Yúcaku, que se encuentra en el imperio de Las Lakidas muy lejos de la región del Nuboso.
Esto la hacía una mujer única, valiente y poderosa ya que el que poseía esta piedra preciosa, podía desde hacerse invisible hasta destruir poblados. En fin, se podía hacer cualquier cosa que se solicitara.
“Cuentan la historia los sabios que saben, que eran momentos de muchas guerras y miedo. Había una sola salvación; conseguir la gema Carbugette y pedirle que no haya más guerras, que la paz y la felicidad predominen nuevamente. Por lo tanto, la familia Astrofmak, formada por el sabio Kustinok, padre de Ianna, Acheram, su madre, Eknikov, su hermano y ella, viajaron hacia Ravak Tilly, el pueblo más cercano por el camino a Talla Yúcaku. Fueron días intensos de caminata combinado con un poco de cabalgata en llamellos. Cuando llegaron a este poblado, se instalaron en una carpa de piel de lalafkum, durmieron por la noche allí, y luego cargaron víveres y se dirigieron hacia Talla Yúcaku. Antes de llegar a este sector, un pastor del desierto se cruzó por el camino.
- ¿Qué hacéis por esta zona? Vosotros no vivís en esta región –dijo el pastor.
- Estamos conociendo la región –el sabio comentó sin ningún gesto de mentir; él sabía que no tenía que decir la verdad.
- Pues no os creo –contestó el pastor
- No me creas. Ahora sí, seguiremos camino así no perdemos tiempo que mañana regresamos a nuestros pagos
El desértico sacó su espada y le apuntó a Acheram. Luego dijo:
- ¡Dime qué están tramando!
- Ni te atrevas a tocarla –le respondió el sabio
De repente, una tormenta se aproximó y, como este malvado le tenía terror al agua, se marchó.
Acheram quedó aterrorizada luego de este encuentro. Eknikov trató de consolarla. Cuando al fin pudo, ya habían llegado a Talla Yúcaku. Esta región era muy árida, calurosa y con poca población, pero con estas precipitaciones, el clima no era tan sofocante.
Allí estaba la gema; en algo parecido a una duna sobresalía la piedra, y dentro de la piedra se encontraba la gema Carbugette. Kustinok tomó la piedra y luego se marcharon.
Varias lunas pasaron, cuando de repente vieron que un ejército husihuilke pasaba por la región. Por el otro lado, vieron a un ejército lewamense. Se preocuparon. Trataron de llegar al otro extremo del camino lo más rápido posible. Pero de pronto, una lluvia de flechas predominaba en el cielo. Era el fin para varios familiares. A Acheram, que estaba acurrucando a Ianna dormida, le atravesó una flecha en el pecho; a Eknikov, le traspasó otra flecha por la cabeza; los llamellos que llevaban consigo, ninguno sobrevivió. Fue la tristeza más fuerte que le tocó vivir a Kustinok en sus días. Varios soles y varias lunas caminó este solitario hombre junto a su pequeña hija de ojos celestes en brazos.
Al fin llegaron a Hierbas Dulces nuevamente. En ese momento se estaban viviendo cosas trágicas allí. Kustinok no se atrevió a usar la gema; no sabía cómo.
Pasados los años, todo hecho un desastre, la aldea se tuvo que trasladar más al sur del Nuboso, no quedaba casi nada. Fue entre esas mudanzas que Ianna, ya más grande, encontró el tesoro que guardaba su padre. Tardó varios años en descifrar sus secretos.
En aquellos años, su padre falleció haciendo una fuerza extremadamente grande. Ianna lamentó mucho este momento.
Estaba llorando. El diamante estaba al lado. Derramó una lágrima sobre este, y en él, se empiezan a distinguir unas palabras:
"Levántalo, di lo que necesites y se cumplirá"
Por lo tanto, como ella sabía por lo que su padre había luchado tanto, hizo lo que decía la piedra preciosa; la levantó y exclamó:
Haz que haya paz sobre estas tierras
Por lo tanto, se produjo lo que ella pronunció.
Cuando la gente del pueblo se enteró lo que había sucedido, ella fue muy aclamada, alabada y adorada y, como premio, la proclamaron la esposa del más feroz, ágil y valiente guerrero tra-hall, Thrall.”
Pasados muchos años, tuvieron tres bellos hijos y siguen siendo los protectores del pueblo.

Seudónimo: ELAL To

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