jueves, 19 de noviembre de 2009

Ceremonia de premiación

Queremos agradecer la presencia de los chicos y sus familiares y amigos en la entrega de premios del Concurso Literillia.

Los esperamos nuevamente el año próximo.

Silvia y Cecilia

lunes, 16 de noviembre de 2009

FELICITACIONES A LOS GANADORES

P O E S Í A (de la imagen a la palabra)

Poesía A
Mención. “Enredadera de amores” de Sofía Sáenz (1º 3ª)

Poesía B
Mención. “Y pasó” de Angélica Espinel (2º 1ª)

Poesía C
1er. Premio. “Pequeña égloga del hombre y la muerte” de Joaquín Galindo ( 4º1ª)

Mención. “Olvido” de Gonzalo Zapico (6º4ª)


C U E N T O (tema libre)

Cuento A
1er.Premio “La vara de Crowhard” de Agustín Prinetti ( 1º 1ª)

Mención (compartida)
“La guerra desde los ojos de un joven” de María Clara Mondo (1º 3ª)
“Guli” de Pilar Di Paola (1º1ª)

Cuento B

1er.Premio “Escaleras al cielo” de Vicente Armendáriz (3º1ª )

Mención. “Abismo “ de Julián Martín Denuncio ( 3º1ª )

Cuento C
1er. Premio. “Javier “ de Guido Rumitti (5º1ª)

Mención (compartida)
“Un nuevo presente” de Joaquín Galindo ( 4º 1ª)
“Otros cielos” de Paula Fernández Vega ( 5º4ª )

sábado, 14 de noviembre de 2009

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoría A

Poesía A
1er. Premio Desierto

Mención. "Enredadera de amores" (Serafina) “Enredadera”


Cuento A

1er. Preimio "La vara de Crowhard" (Skyblissful)

Mención compartida
"Guli" (Martina Martínez)
"La guerra desde los ojos de un joven" (Wonder woman)

jueves, 12 de noviembre de 2009

INVITAMOS A TODOS A LA CEREMONIA DE PREMIACION

Las distinciones se entregarán en el teatro del Colegio el jueves 19 a las 17. Se leerán los textos premiados y otros recomendados por las jurados.
Los esperamos

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoria B

Poesía B

1er. Premio Desierto

Mención. "Y pasó " ( Pichicho ) Pelota


Cuento B

1er.Premio "Escaleras al cielo" (Efmamjjasond)

Mención. "Abismo" (Snoopy)

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoria C

Poesía C

1er. Premio." Pequeña égloga del hombre y la muerte" (Marrapodi) Muerte

Mención." Olvido " (El último hombre de traje) Campanas


Cuento C

1er. Premio. Javier ( Sueños de un hombre despierto)

Mención compartida
"Un nuevo presente" (Heydar Aliyev)
"Otros cielos" (Opus 37/ii G)

martes, 3 de noviembre de 2009

EL SUEÑO DE LOS SUEÑOS (B)

Estaba recostado en mi cama a punto de dormirme. Ese día había sido agotador, el ensayo de nuestra obra, que hacíamos todos los años en el colegio, duró más de lo normal. Todo por el simple hecho de que Alan, mi hermano de quince años, se pasó las cinco horas del ensayo hablando con sus “chicas”; y que Ignacio, mi hermano mayor de diecisiete años, había querido incorporar un traje de pirata a la obra. Cuando por fin emprendíamos el viaje de regreso, mi hermanito Nicolás se pasó todo el camino insistiendo en ir a una juguetería.
Estaba a punto de caer en un profundo sueño cuando Tomi, mi perrito, apareció en mi habitación. Me senté en la cama y lo acaricié. Pude notar que estaba sangrando, pero no sabía de dónde salía esa mancha roja de su cuerpo. Mientras lo revisaba él ladró una vez y salió rápidamente de mi dormitorio.
-¿Tomi?-murmuré siguiéndolo. Cuando salí del cuarto no lo encontraba por ningún lado.
Todo era muy extraño, las paredes ahora eran rojas y había muebles nuevos en la casa. Oí un gruñido proveniente de la habitación de mi hermano y me acerqué allí. Abrí la cerradura de la puerta. Al entrar descubrí a Alan con un montón de chicas en un hidromasaje cubierto de chocolate. ¿Qué hacía a las tres de la mañana con tantas mujeres? O aún peor… ¡¿Qué hacía cubierto de chocolate?!
-¿Alan?-pregunté rascando mi nuca, confundido.
-¡Franco!-dijo cuando me vio-¿Qué haces en mi sueño?
-¿Tu sueño?-Eso explicaba muchas cosas-¿Puedo meterme en los sueños de las personas? ¡Eso si es increíble!
-Si, genial-estaba algo molesto-Ahora vete antes de que esto se convierta en una pesadilla.
-Bueno-dije sonriente. Miré a todos lados recordando lo que buscaba-Espera, ¿has visto a Tomi?
-¿Por qué tendría que haberlo visto?-me encogí de hombros-Estás en mi sueño, ¿recuerdas?
Salí del cuarto de Alan y vi a mi perro corriendo por el pasillo. Esta vez entró en la pieza de Ignacio. Lo seguí, quería saber con qué se había lastimado. Al entrar a la habitación vi un inflable para niños con forma de barco. Mi hermano estaba arriba de éste con un traje de pirata comiendo pizza. Yo estaba muy confundido, todo eso era muy loco. Por cómo hablaba con un loro Ignacio me di cuenta de que era su sueño.
-¿Nacho? ¿Qué haces con un traje de pirata comiendo pizza?-cuestioné confuso.
-¿Tú que crees?-preguntó como si la respuesta fuera muy obvia. Yo me quedé callado-No me dejaron usar el vestuario para la obra. En algún momento tenía que hacerlo-Nacho me miró entrecerrando los ojos-Un momento… ¿Cómo entraste tú aquí?
-Por la puerta, ¿tú que crees?-traté de molestarlo cuando usé su misma pregunta.
-¿Mi sueño tiene puerta? ¡Oh! ¡Nunca la había visto!-no podía creer que mi hermano fuera tan estúpido. Bajé mi mirada al piso mientras negaba con la cabeza-¡No puedo creerlo! ¿Me la enseñas?
-Otro día-solté una risita-ahora tengo que buscar a Tomi. ¡Adiós!
-¿Tomi? Acaba de arrojarse al mar-señaló una pileta que había al lado del barco-Es que no quiso traerme pepinillos, caminó por la tabla-dijo entusiasmado.
Me despedí de mi hermano y salí de allí, riendo para mis adentros, eso era fantástico. Me di cuenta que el color de las paredes había cambiado nuevamente. Sabía que tenía que buscar a Tomi, pero definitivamente quería ver de que se trataba el sueño de Nicolás, además, por ahí mi perro se había ido para allí. Fui medio corriendo, medio caminando hasta la habitación de mi hermano menor. Se escuchaban ruidos, como si se estuvieran cayendo, o rompiendo, cosas allí adentro. Atravesé el umbral de la puerta preocupado
-¡Nico! ¡¿Que has hecho?!-grité al ver un montón de robots gigantes.
-¡Franco! ¿Qué haces aquí?-me preguntó enfadado- ¿Por que no te metes en tus propios sueños, hermano?
-Nico, ¿estamos en una juguetería gigante?-le pregunté mirando de reojo el lugar. Las cosas se movían por todos lados, y mi hermanito estaba sentado en un gran trono.
-Si, hasta hace un momento lo era-frunció el seño-¿Tú qué ves?
-Una gran juguetería-respondí con una sonrisa-¿Qué ves tú?
-Lo mismo-rió-Ahora sal de aquí, o mis robots te llevarán-me miró desafiante.
-Nico, debo buscar a Tomi. ¿Lo has visto?-jamás observé a mi hermano porque estaba concentrado en mirar todo el espacio, estaba asombrado.
-Eh…no, pero te puedo ofrecer esto-sacó un objeto de su bolsillo. Me lo extendió para que lo tomara, y así lo hice-Es un Tomi miniatura, es el último que me sobra. Quédatelo si quieres.
-Gracias-musité con sarcasmo guardándolo en mi bolsillo.
Me fui del cuarto de Nicolás decidido en encontrar a mi perro. Sin embargo quedaba una habitación más a la que quería entrar. La de mis padres. Así que me dirigí hacia allí.
Pero cuando crucé la puerta nada había cambiado en el cuarto. Los dos se encontraban sobre la cama durmiendo. La única diferencia a una noche normal era que sobre sus cabezas colgaba una nube, como las de los globos de pensamiento de las historietas, con diferentes paisajes. Toqué una de esas burbujas y, de repente, estaba en una playa. Mi papá estaba tomando sol mientras unas chicas lo abanicaban. Tuve una pequeña charla con él para luego saltar al cuarto de ellos.
En ese momento no quería ver el sueño de mi madre. ¡Quién sabe con qué me encontraría! Por eso caminé rápido hacia fuera, ya estaba algo cansando. Opté por ir a buscar un vaso de agua antes de acostarme. Cuando llegué a la cocina había un gran reloj en la pared. No le hice caso y abrí la heladera. A penas miré hacia adentro de ésta hallé muchísimos relojes y ni rastro de comida. Grité espantado cuando todos empezaron a sonar al unísono, como mil despertadores haciendo ruido a la vez.
De pronto, abrí mis ojos despertando de esa situación. Estaba en mi cama, sano y salvo. Pegué un salto para levantarme cuando vi a mi perrito ladrando ahí. Empecé a juguetear un ratito con él, estaba contento.
Algo me pinchaba la pierna derecha. Metí mi mano en mi bolsillo y saqué un pequeño juguete, una miniatura de Tomi. Abrí los ojos sorprendido… “¿Cómo?” pensé “¿No estaba soñando?”

Seudónimo: Marta Legrind

MOLUSCES, el destructor de monstruos (A)

Molusces era uno de los chicos más importantes del pueblo Azul del Cielo. El vivía con su familia en una pequeña casa hecha de paja y barro. Vivía ayudando a su padre a cuidar los llamellos (grandes bestias parecidas a los camellos pero con una cola mucho más larga), que luego eran vendidos en el mercado del pueblo.
Él era muy parecido a su padre en lo físico, tenía el mismo lunar negro justo debajo de la oreja derecha, también poseía una pequeña mancha de nacimiento en el pie izquierdo, como la de su padre.
A él le gustaba una niña una temporada de lluvia menor que él, que tenía el pelo muy largo que le llegaba hasta la cintura y se lo ataba con dos largas trenzas con las que jugaba siempre que no tenía nada que hacer.
Molusces quería impresionar a Jai-Jun, la niña de trenzas largas. Así que decidió ir a buscar a “Mulics”, el temeroso, cortarle uno de sus cuernos y regalárselo demostrándole su valentía.
El monstruo tenía un aspecto horrible, dos cuernos en vez de orejas, una joroba y dos enormes piernas en las que los bichos depositaban sus huevos y él, cuando nacían los huevos, los alimentaba con la cera de sus cuernos. El temeroso vivía en una cueva en el sur de la montaña Pic-Pic, en donde los ciudadanos de Azul del Cielo sepultaban a sus muertos.
El día en que los niños cumplían 17 temporadas de lluvias se los enviaba al bosque para que cazaran al Moscul, un animal pequeño, pero muy fuerte y rápido, lo que lo hacía difícil de cazar. Si no lo lograban no los dejaban ir a pelear a las guerras (en ese tiempo era un honor poder ir a las guerras ya que representaba audacia y valentía).
Molusces había vivido 23 temporadas de lluvias, pero el día en que le había tocado a su hermano menor ir a cazar al Moscul decidió ir en busca del Mulics. La hora en la que Molusces salió en busca del Mulics, Lits, su hermano, ya estaba a medio sol de viaje.
Molusces había estado medio sol subiendo por la montaña en donde su abuelo había sido sepultado por sus padres. En cuanto llegó a la cima del Pic-Pic, se encontró con la cueva vacía. Entonces pensó que el monstruo había salido a cazar, por lo tanto decidió buscar otra cueva cercana y pasar la noche porque los Mulics comían una vez cada 400 soles así que no era una buena opción atacarlo antes de que comiera porque lo podría atacar y devorar.
En cuanto salió el sol, Molusces salió temprano y se ocultó en un lado de la cueva, esperando a que el monstruo despertara.
En cuanto el gigantesco salió, él se le abalanzó y, con el cuchillo de gran filo, le cortó uno de los cuernos y lo guardó en su pequeña mochila hecha con piel de llamello. Luego le clavó su pequeño cuchillo en el medio del cuello, lo que lo hizo desangrar y fallecer.
Molusces salió corriendo apenas se dio cuenta de lo que había hecho. Corrió y corrió sin detenerse ni siquiera para tomar agua.
Corrió tanto que pisó una serpiente muy peligrosa, ésta, al asustarse, lo mordió tan fuerte que un chorro de sangre le comenzó a salir.
En cuanto se dio cuenta de lo que había sucedido se detuvo a la sombra de un árbol esperando su sabido fin.
Con sus últimas fuerzas, Molusces vació el cuerno y depositó en él unas cuantas flores que había conseguido arrancar del suelo. Y dejó inscripto en el cuerno una frase que decía:
“Mi querida Jai-Jun, sé que algún día podremos estar juntos, tanto en el cielo como en la tierra siempre te amaré
Molusces”

Seudónimo: "El destructor"

domingo, 1 de noviembre de 2009

¡GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR!

Pronto publicaremos los ganadores. Lean y elijan ustedes a los favoritos de cada categoría. Esperamos sus comentarios

Silvia y Cecilia

ZELANYA, la heroína de Capusotikay (A)

Hace mucho tiempo, en un pueblo de las Tierras Fértiles llamado Capusotikay, vivía una niña de largas trenzas y ojos como esmeraldas llamada Zelanya. Esta niñita era como cualquier otra niña de nueve años de su aldea. Se levantaba todos los días a la salida del sol, jugaba todas las tardes con sus amigas, amaba el sol y la naturaleza y vivía como todas las personas de su pueblo. Pero Zelanya estaba destinada a una vida diferente de la de una esposa y ama de casa; su vida estaría llena de misterios y aventuras. Ahora les voy a relatar como se convirtió en la heroína de tantos pueblos.
Todo empezó un día cuando Zatya, el jefe de la tribu vecina, les declaró la guerra porque alguien había raptado a su esposa, Zafriya, y él pensaba que había sido la tribu de Capusotikay. Ellos no habían sido pero, ¿Cómo decírselo a Zatya y que les creyera? Para ello necesitaban pruebas, pero, ¿Cómo conseguirlas si no sabían dónde buscarlas?
Zelanya, que lloraba desde que su padre había ido muy enfermo a la guerra, buscaba la forma de solucionar este problema antes de que su padre muriera. Entonces pensó, “Y si voy yo a buscar a la esposa de Zatya, tal vez así la guerra termine y papa pueda volver.”. Muy convencida con estos pensamientos, Zelanya pensó y pensó hasta idear un plan para salvar a su padre. Empacó comida, una soga y un cuchillo para el viaje y sin decir nada se fue hacia el bosque.
Caminó durante tres días y tres noches sin encontrar rastro de Zafriya. Acampó bajo los pinos del bosque, comió las bayas y friyes que encontraba en el camino para ahorrar comida para después y tuvo los cinco sentidos atentos a cualquier señal de Zafriya.
Al cuarto día de caminar, ya convencida de que no encontraría nada, vio en un pino plumas de Gonión. Al principio pensó que por allí vivía uno, pero después recordó que los goniones vivían solamente en la ciudad. “Por fin” pensó Zelanya, esa era la pista que ella estaba buscando. Luego miró con asombro los árboles de la zona, había un camino marcado con plumas de goníon. “Al parecer Zafriya es más lista de lo que sus secuestradores piensan”, pensó y se le escapó una sonrisa.
Zelanya siguió el camino de plumas hasta el atardecer. Fue entonces cuando descubrió una cabaña. Pero como ya había atardecido, muy habilidosamente se trepó a un pino, se comió las friyes que todavía le quedaban y se quedó dormida.
Al otro día, vio desde el pino a dos personas en la puerta de la cabaña, un hombre desconocido y Zafriya. Entonces, Zelanya agudizó el oído.
-Tengo que ir por leña, tú quédate aquí- dijo el extraño
-Sí, Yutiza- le respondió Zafriya.
-Excelente- fue la respuesta de Yutiza, que tras decir estas palabras se internó en el bosque, lejos de Capusotikay.
Cuando Yutiza se alejó de la cabaña, Zelanya se bajó del árbol y fue a ver a Zafriya.
-¿Quién eres?- le preguntó.
-Zelanya., vivo en la aldea de Capusotikay. he venido a rescatarte- le contestó Zelanya.
-No puedo irme de aquí-
-¿Por qué no?-
-Si me voy Yutiza me matará a mí y a Zatya-
-Tengo una idea.-le contestó Zelanya y sacó una cuerda de su bolso -hagamos con esta soga una trampa, cuando Yutiza vuelva quedará colgado de este árbol- ella señaló el pino en el que había pasado la noche.
-¿Y después lo matamos?-
-Como usted desee-
-No me gustaría tener que matarlo, llevémoslo como prisionero y que después Zatya decida qué hacer con él-

Entonces, Zafriya y Zelanya prepararon la trampa. Con la soga y el cuchillo que había llevado Zelanya. Yutiza volvió con leña, caminando muy tranquilo sin percatarse de que tenía una trampa frente a él, siguió caminando y ¡zas! Quedó colgado de la pierna derecha. Zelanya lo bajó del árbol, no sin antes haberle atado las manos, mientras que Zafriya desempacaba la comida de la cabaña y la empacaba en el bolso de Zelanya. Cuando terminaron, empezaron a caminar por el bosque hacia Capusotikay.
Cuatro días después, los viajeros llegaron a Capusotikay y fueron a buscar a Zatya. Apenas vio a Zafriya tiró su hacha y fue corriendo hacia ella, llorando ambos de la emoción.
Zatya declaró la paz a Capusotikay, además de regalarle a Zelanya un collar con el emblema de heroína del pueblo, el mayor honor que le podía dar por su valentía. Yutiza fue rebajado a esclavo de Zatya.
Zelanya volvió muy feliz a su hogar con su familia, sobre todo porque su padre se había recuperado de su enfermedad y otra vez podía jugar con ella, pero no faltaría mucho para que Zelanya volviera a vivir una aventura, pero por hoy ya estamos bien de cuentos.

Seudónimo : Lyra

UNA HISTORIA DE DOS (A)

Esta es la historia de dos arqueprumiffes, una mujer y un hombre, llamados Armica y Levoss. Seres bajitos, de largos brazos, con cabello enrulado, ojos verdes que les permitían ver en la oscuridad. Estos dos jóvenes nacieron en la época en que su pueblo, Los Sinfines, era gobernado por el temeroso brujo Umari, al cual ni la poderosa bruja Kiwil podía derrotar. Este malvado hechicero estaba destruyendo el Bosque Lejano, lugar donde habitaba el pueblo de Los Sinfines.
Cuando nacieron la bruja Kiwil dijo que ellos eran los “elegidos” para derrotar a Umari. Por lo cual el malvado brujo los hechizó haciendo que cada vez que los niños vieran un animal herido, se volvieran duros como las piedras. Por esta maldición, Armica y Levoss no podían cumplir la costumbre de los arqueprumiffes en la guerra. Para los que no conocen esta tradición, les contaré un poco. Como los habitantes de Los Sinfines eran seres amantes de los animales y pacifistas, no iban a las guerras a luchar, sino que todos los arqueprumiffes mayores de quince años iban a curar a los animales heridos durante la batalla.
Aunque todo el pueblo de Los Sinfines se sentía asombrado por la predicción de la bruja del pueblo, luego de un tiempo nadie lo puso en duda. Armica y Levoss eran dos pequeños arqueprumiffes llenos de alegría y sueños, a los cuales el Brujo Umari quería matar para que no cumplieran con su misión. Trató una y otra vez de destruir a sus enemigos pero no lo logró, los jóvenes arqueprumiffes lograban escapar de cada trampa mortal con agilidad, inteligencia y destreza.
Ahora que saben más sobre estos dos habitantes especiales del pueblo de Los Sinfines, podré contarles el momento tan esperado, cuando lograron cumplir su misión, lo que los convirtió en los héroes del pueblo de Los Sinfines.
Con tan sólo diecisiete años, Armica y Levoss se habían enamorado y estaban comprometidos. Un día en el que fueron a pasear por el bosque, se encontraron frente a frente con su gran enemigo, el temible Umari; éste, cansado de tantos intentos fallidos, quería terminar con aquellos seres personalmente.
Se cuenta que aquel día en el que se enfrentaron los dos arqueprumiffes y el malvado brujo, en el cielo estaban presentes el Sol y la Luna, los dos en el mismo momento, en el mismo cielo.
Tras una difícil batalla en la que el Brujo lanzaba tales hechizos hacia la joven pareja, los dos juntos se ingeniaron para lograr esquivarlos y terminar de una vez con el destructor de Los Sinfines.
Cuando la guerra terminó, los jóvenes arqueprumiffes lograron cumplir su misión, devolviendo la paz y armonía de su pueblo.
La leyenda dice que Armica y Levoss nunca quisieron contar cómo lograron destruir al brujo Umari. Por más que muchos arqueprumiffes les insistieron, ninguno de ellos nunca contó nada. Y es así como hoy en día es un misterio.
Terminada la batalla, la pareja fue reconocida como los héroes unidos reconquistadores de la paz.
Armica y Levoss se casaron y tuvieron dos hijos: Azor y Matt. Murieron los dos el mismo día, en el mismo momento, como todo arqueprumiff, feliz y en paz.
Y bueno señores, esta ha sido la breve historia de dos habitantes del pueblo de Los Sinfines que, juntos, con valentía, afrontaron su misión y lograron cumplirla con pleno éxito.
Este mensaje va para todos, porque todos tenemos una misión en este mundo. Nunca se rindan, sean como Armica y Levoss, que por más que podían morir en su misión, vivieron su vida llena de sueños y alegría, siempre con esperanza y amor. Que los obstáculos no hagan que se rindan, porque luego de un duro “viaje” nos encontraremos con algo hermoso que valió la pena.

Seudónimo: Maggie Mo

TAMARA Y EL MONSTRUO (A)

Su nombre es Tamara. Es la hija del guerrero Cluster y la bondadosa Sonia. Tiene dos hermanos, Wilén y Matías. Ha vivido solamente ocho temporadas de lluvia y ya se ha ganado el cariño de todo el pueblo “Azul del cielo”. Su familia, los Wailés, son muy reconocidos en el pueblo, ya que Cluster ha luchado en más batallas de las que se pueden imaginar y Sonia es una de esas personas que siempre ayudan al otro.
Tamara es una niña muy curiosa, y siempre está explorando lo que puede. Siempre acompañada por sus hermanos, busca tener emocionantes aventuras, y gracias a la imaginación que tiene, no le molesta buscarlas en el mismo jardín de su casa. Viste la ropa típica de su pueblo: telas que cubren todo el cuerpo, alpargatas y hermosas vinchas floreadas.
No está de más decir que, naturalmente, Tamara adora los animales, las plantas y todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Por esta razón, realiza sus tareas bajo la sombra de algún árbol, rodeada de pequeños animales. ¿Y cuáles son sus tareas? Las de cualquier mujer de “Azul del Cielo”, tejer mantas, colorear telas y recolectar frutos.
Como se sabe, en invierno aparece un monstruo que anuncia la llegada de la nieve con un intenso aullido…
Tamara ha ido en busca de este monstruo por varios años, y un día, tuvo la oportunidad de verlo en frente suyo.
En realidad fue una casualidad…
Tenía ella 5 años, estaba explorando las dunas que quedaban cerca de su hogar. Era en realidad la primera vez que salía de aventura y, por supuesto, estaba acompañada por sus hermanos. Era ya la cuarta semana de invierno, y de la nada, se escuchó un aullido que pareció haber estremecido al mundo entero. Matías inmediatamente pensó en el monstruo, y, como le habían advertido no acercarse, habló a sus hermanas y dijo: -“Me han contado sobre un monstruo que aullando, avisa la nieve, y me han dicho que me alejara de él, ya que es muy peligroso…” Tamara, deseaba ansiosamente ver en persona a esa leyenda de sus antepasados, aunque comprendió lo peligroso que era acercarse. Pero cuando se dio cuenta, su pequeña hermana Wilén había desaparecido.
Ella y su hermano buscaban desesperadamente, cuando se escuchó otro estremecedor aullido. No tenían alternativa, debían ir en busca del monstruo, pues donde él estuviera, estaría su hermanita.
Poco tiempo tardaron en encontrar a Wilén, pero junto a ella había un animal-humano tan horrible que asustó a Matías, que era un hombre muy valeroso.
El monstruo era jorobado, con cejas gruesas, y ojos de gato, tenía colmillos y uñas filosas, y ¡su piel era verde!
En ese momento, Matías quedó congelado, mirando al monstruo que parecía dormir en la parte baja de un árbol. Tamara en cambio, con enorme valentía y coraje, además de amor por su hermana, se acercó y la liberó de la soga que la tenía atrapada. Antes de que el monstruo pudiera abrir uno de sus ojos, los hermanos ya estaban corriendo, camino a su hogar.
Matías contó la historia a sus padres, quienes a su vez la contaron a todo el pueblo. Desde ese día, Tamara es considerada una heroína para el pueblo, sólo por la valentía que tuvo al enfrentar al monstruo. Al mismo tiempo, ella quedó asombrada por ese ser, y por esta razón cada cuarta semana de invierno, sale en busca del monstruo.

Seudónimo: Limonín

LA VARA DE CROWHARD (A)

Parte I

Esta historia comienza en el lejano reino de Rockville, entre las Montañas Escondidas, durante la época de los caballeros, reyes y hechiceros.
Pero en este pintoresco pueblo habitaba Badbeast, la fiera más temible: dientes filosos, ojos de fuego y un cuerpo de león de 6 metros de altura, sin dejar de mencionar las enormes alas. Esta bestia amenazaba desde hacía varias generaciones con destruir Rockville a partir de su aliento, que todo lo congelaba.
Y es así como cada semana Badbeast solicitaba una bolsa de oro y siete humanos para comer. Desde entonces, los habitantes eran cada vez menos.
Samuel Crow, brujo del pueblo y uno de los Hechiceros Peregrinos Naturales, decidió un día y por iniciativa propia y repentina enfrentarse a Badbeast. Pero por más pruebas que hacia, ninguna poción, nada lograba el poder suficiente como para aplastar a la bestia. Por eso su espíritu peregrino lo llevó hasta el palacio a pedir ayuda al rey.
---- Majestad. Requiero su ayuda. Me enfrentaré a la bestia. Sin embargo, no tengo suficiente potencia. Necesito inspiración de su sabiduría.--comentó el hechicero
--- Bueno. Yo no soy quien para dirigir tu futuro. Pero no contribuiré con tu suicidio –
--- ¡Juro por la Sacra Dinastía del Ave Rock que no fallaré! –gritó Samuel.
--- Entonces, ese juramento me obliga a...—hizo una pausa y continuó -- Hace muchos años, antes de morir, mi abuelo Hard escribió la instrucción para construir el arma que destruiría a la fiera. Solo falta quien se anime a fabricarla y, sobre todo, a usarla. Está archivada en los Códices del Reino. Vamos a buscarla. —comentó el rey. El agradecimiento de Samuel no se hizo esperar, en forma de reverencia.

Parte II
Cómo derrotar a la bestia

Se necesita una vara de roble hueca que esté recubierta con los pigmentos de las Seis Santas Plantaciones y que en su interior contenga:
- Néctar de la Flor Gélida
- Puré de bayas doradas de Lotaria
- Lava en polvo

Esto era lo que decía el Códice Real.
--- Bueno... No parece tan difícil. La Flor Gélida habita en nuestro país limítrofe, Santryck, para las bayas deberé peregrinar hasta Lotaria y lava puedo encontrar en los volcanes del sur de nuestra querida Rockville, justo el lugar donde esta la cueva da Badbeast. Si logro conseguir todo lo demás llegare a tiempo para pulverizar un poco de lava con mis hechizos y terminar la vara, lista para enfrentar a la fiera.
--- No olvides las Seis Santas Plantaciones... No será tan fácil como dices... –indicó el rey
--- ¡Cierto! ¡Deberé ir hasta Frastick, Daniar, Hackw, Dudek, Amoah y Essien para conseguir cada plantación! –recordó Samuel Crow
--- En ese caso solo te daré dos ayudas más: Un burrito de carga y mi deseo de buena suerte. –comentó el rey
--- Gracias Majestad, le debo la vida.
--- La vida solo se la debes a quien te la dio, hijo Mio. ¡Ve, y que sea exitosa tu empresa!
--- ¡Por Rockville la vida, la gloria, o la muerte! –gritaron los dos al unísono

Parte III

Dos años después de la partida de Samuel Crow, el hechicero, con la piel cuarteada, cansado y en medio de la nieve, estaba pulverizando una cazuela de lava con Hechizos a Mano Alzada. Solo, había hecho todo el trayecto. Había pasado por Santryck, por el hielo seco y el frío que calaba los huesos, y había tomado Néctar Gélido con mucho esfuerzo de que no se congelase. Después de eso, debió peregrinar de allí a Lotaria, donde se encontró con que solo en las Costas del Suroeste había bayas doradas. Debió viajar hasta allí y tomar cuidadosamente algunos frutos.
Un año viajo por los Seis Países para conseguir un ejemplar de cada una de las Seis Santas Plantaciones. En algunos países lo recibieron bien, en otros tuvo que enfrentarse a la resistencia de entregarle su planta sagrada y en otras la hostilidad de los pobladores era irritable. En Essien podó un roble hermoso y fabricó con su madera una varilla hueca con la insignia de Rockville tallada.
Luego regresó a su aldea. Se fue al pie del volcán Rosw, donde la nieve era la alfombra del terreno, lo escaló y tomó un poco de lava en su cuenco. Ahora había terminado de fabricar el polvo de lava y de mezclar todos los ingredientes. Coloco todo en la varilla, la recubrió con los jugos de las Seis Plantas que obtuvo y se dirigió hacia la cueva del monstruo.

Parte IV

Pasó un tiempo. Samuel Crow se regeneró por completo. Se sentía ahora como un joven cuyas energías nunca fueron empleadas. Listo para combatir.
Cuando estaba por poner un pie en el escondrijo del monstruo, se puso a pensar:
--- Si los relatos son ciertos, esa bestia no va a permitirme el ingreso a su cueva como si fuera su madre – pensó en voz alta.
Pero ese pensamiento le trajo una idea. Esperando el ataque, se durmió y despertó a la otra mañana. Recién se movilizó cuando vió a la comitiva de jóvenes que ingresaba a su fin, con el mayor adelante que portaba una bolsa de oro.
Samuel se acerco al último, y por lo tanto mas joven, y le dijo:
--- Corre y salva tu vida. Solo dame tu ropa y dirígete al palacio. Pide hablar con el rey en mi nombre y dile que todo marcha bien. Adiós.
Sin más explicaciones intercambiaron sus vestidos y cada uno se encaminó a su posición.
Dentro de la cueva, el monstruo quiso seleccionar a uno para desayunárselo. Samuel se atemorizo y todo lo peor que sus ojos habían visto fue borrado ante esa horrible presencia: una bestia feroz que se babeaba de ver siete personas para elegir cual devorar.
Todo sucedió en un instante. Samuel comprendió que no podía esperar más. En segundos mas estaría en el estomago de la bestia. Saco su vara y atacó por sorpresa. Una explosión. La bestia, consumiéndose en el resplandor verdoso que salía de la vara. La vara de Crowhard, como la llamarían luego los habitantes de Rockville, uniendo los nombres de sus creadores. Samuel, tendido en el suelo, durmiendo un sueño del que jamás despertaría. Y se cumplió la arcaica profecía que los rockvillianos utilizaban como arenga: ¡Por Rockville la vida, la gloria... o la muerte!

Seudónimo: Skyblissful