jueves, 19 de noviembre de 2009

Ceremonia de premiación

Queremos agradecer la presencia de los chicos y sus familiares y amigos en la entrega de premios del Concurso Literillia.

Los esperamos nuevamente el año próximo.

Silvia y Cecilia

lunes, 16 de noviembre de 2009

FELICITACIONES A LOS GANADORES

P O E S Í A (de la imagen a la palabra)

Poesía A
Mención. “Enredadera de amores” de Sofía Sáenz (1º 3ª)

Poesía B
Mención. “Y pasó” de Angélica Espinel (2º 1ª)

Poesía C
1er. Premio. “Pequeña égloga del hombre y la muerte” de Joaquín Galindo ( 4º1ª)

Mención. “Olvido” de Gonzalo Zapico (6º4ª)


C U E N T O (tema libre)

Cuento A
1er.Premio “La vara de Crowhard” de Agustín Prinetti ( 1º 1ª)

Mención (compartida)
“La guerra desde los ojos de un joven” de María Clara Mondo (1º 3ª)
“Guli” de Pilar Di Paola (1º1ª)

Cuento B

1er.Premio “Escaleras al cielo” de Vicente Armendáriz (3º1ª )

Mención. “Abismo “ de Julián Martín Denuncio ( 3º1ª )

Cuento C
1er. Premio. “Javier “ de Guido Rumitti (5º1ª)

Mención (compartida)
“Un nuevo presente” de Joaquín Galindo ( 4º 1ª)
“Otros cielos” de Paula Fernández Vega ( 5º4ª )

sábado, 14 de noviembre de 2009

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoría A

Poesía A
1er. Premio Desierto

Mención. "Enredadera de amores" (Serafina) “Enredadera”


Cuento A

1er. Preimio "La vara de Crowhard" (Skyblissful)

Mención compartida
"Guli" (Martina Martínez)
"La guerra desde los ojos de un joven" (Wonder woman)

jueves, 12 de noviembre de 2009

INVITAMOS A TODOS A LA CEREMONIA DE PREMIACION

Las distinciones se entregarán en el teatro del Colegio el jueves 19 a las 17. Se leerán los textos premiados y otros recomendados por las jurados.
Los esperamos

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoria B

Poesía B

1er. Premio Desierto

Mención. "Y pasó " ( Pichicho ) Pelota


Cuento B

1er.Premio "Escaleras al cielo" (Efmamjjasond)

Mención. "Abismo" (Snoopy)

PREMIOS LITERILLIA 2009 Categoria C

Poesía C

1er. Premio." Pequeña égloga del hombre y la muerte" (Marrapodi) Muerte

Mención." Olvido " (El último hombre de traje) Campanas


Cuento C

1er. Premio. Javier ( Sueños de un hombre despierto)

Mención compartida
"Un nuevo presente" (Heydar Aliyev)
"Otros cielos" (Opus 37/ii G)

martes, 3 de noviembre de 2009

EL SUEÑO DE LOS SUEÑOS (B)

Estaba recostado en mi cama a punto de dormirme. Ese día había sido agotador, el ensayo de nuestra obra, que hacíamos todos los años en el colegio, duró más de lo normal. Todo por el simple hecho de que Alan, mi hermano de quince años, se pasó las cinco horas del ensayo hablando con sus “chicas”; y que Ignacio, mi hermano mayor de diecisiete años, había querido incorporar un traje de pirata a la obra. Cuando por fin emprendíamos el viaje de regreso, mi hermanito Nicolás se pasó todo el camino insistiendo en ir a una juguetería.
Estaba a punto de caer en un profundo sueño cuando Tomi, mi perrito, apareció en mi habitación. Me senté en la cama y lo acaricié. Pude notar que estaba sangrando, pero no sabía de dónde salía esa mancha roja de su cuerpo. Mientras lo revisaba él ladró una vez y salió rápidamente de mi dormitorio.
-¿Tomi?-murmuré siguiéndolo. Cuando salí del cuarto no lo encontraba por ningún lado.
Todo era muy extraño, las paredes ahora eran rojas y había muebles nuevos en la casa. Oí un gruñido proveniente de la habitación de mi hermano y me acerqué allí. Abrí la cerradura de la puerta. Al entrar descubrí a Alan con un montón de chicas en un hidromasaje cubierto de chocolate. ¿Qué hacía a las tres de la mañana con tantas mujeres? O aún peor… ¡¿Qué hacía cubierto de chocolate?!
-¿Alan?-pregunté rascando mi nuca, confundido.
-¡Franco!-dijo cuando me vio-¿Qué haces en mi sueño?
-¿Tu sueño?-Eso explicaba muchas cosas-¿Puedo meterme en los sueños de las personas? ¡Eso si es increíble!
-Si, genial-estaba algo molesto-Ahora vete antes de que esto se convierta en una pesadilla.
-Bueno-dije sonriente. Miré a todos lados recordando lo que buscaba-Espera, ¿has visto a Tomi?
-¿Por qué tendría que haberlo visto?-me encogí de hombros-Estás en mi sueño, ¿recuerdas?
Salí del cuarto de Alan y vi a mi perro corriendo por el pasillo. Esta vez entró en la pieza de Ignacio. Lo seguí, quería saber con qué se había lastimado. Al entrar a la habitación vi un inflable para niños con forma de barco. Mi hermano estaba arriba de éste con un traje de pirata comiendo pizza. Yo estaba muy confundido, todo eso era muy loco. Por cómo hablaba con un loro Ignacio me di cuenta de que era su sueño.
-¿Nacho? ¿Qué haces con un traje de pirata comiendo pizza?-cuestioné confuso.
-¿Tú que crees?-preguntó como si la respuesta fuera muy obvia. Yo me quedé callado-No me dejaron usar el vestuario para la obra. En algún momento tenía que hacerlo-Nacho me miró entrecerrando los ojos-Un momento… ¿Cómo entraste tú aquí?
-Por la puerta, ¿tú que crees?-traté de molestarlo cuando usé su misma pregunta.
-¿Mi sueño tiene puerta? ¡Oh! ¡Nunca la había visto!-no podía creer que mi hermano fuera tan estúpido. Bajé mi mirada al piso mientras negaba con la cabeza-¡No puedo creerlo! ¿Me la enseñas?
-Otro día-solté una risita-ahora tengo que buscar a Tomi. ¡Adiós!
-¿Tomi? Acaba de arrojarse al mar-señaló una pileta que había al lado del barco-Es que no quiso traerme pepinillos, caminó por la tabla-dijo entusiasmado.
Me despedí de mi hermano y salí de allí, riendo para mis adentros, eso era fantástico. Me di cuenta que el color de las paredes había cambiado nuevamente. Sabía que tenía que buscar a Tomi, pero definitivamente quería ver de que se trataba el sueño de Nicolás, además, por ahí mi perro se había ido para allí. Fui medio corriendo, medio caminando hasta la habitación de mi hermano menor. Se escuchaban ruidos, como si se estuvieran cayendo, o rompiendo, cosas allí adentro. Atravesé el umbral de la puerta preocupado
-¡Nico! ¡¿Que has hecho?!-grité al ver un montón de robots gigantes.
-¡Franco! ¿Qué haces aquí?-me preguntó enfadado- ¿Por que no te metes en tus propios sueños, hermano?
-Nico, ¿estamos en una juguetería gigante?-le pregunté mirando de reojo el lugar. Las cosas se movían por todos lados, y mi hermanito estaba sentado en un gran trono.
-Si, hasta hace un momento lo era-frunció el seño-¿Tú qué ves?
-Una gran juguetería-respondí con una sonrisa-¿Qué ves tú?
-Lo mismo-rió-Ahora sal de aquí, o mis robots te llevarán-me miró desafiante.
-Nico, debo buscar a Tomi. ¿Lo has visto?-jamás observé a mi hermano porque estaba concentrado en mirar todo el espacio, estaba asombrado.
-Eh…no, pero te puedo ofrecer esto-sacó un objeto de su bolsillo. Me lo extendió para que lo tomara, y así lo hice-Es un Tomi miniatura, es el último que me sobra. Quédatelo si quieres.
-Gracias-musité con sarcasmo guardándolo en mi bolsillo.
Me fui del cuarto de Nicolás decidido en encontrar a mi perro. Sin embargo quedaba una habitación más a la que quería entrar. La de mis padres. Así que me dirigí hacia allí.
Pero cuando crucé la puerta nada había cambiado en el cuarto. Los dos se encontraban sobre la cama durmiendo. La única diferencia a una noche normal era que sobre sus cabezas colgaba una nube, como las de los globos de pensamiento de las historietas, con diferentes paisajes. Toqué una de esas burbujas y, de repente, estaba en una playa. Mi papá estaba tomando sol mientras unas chicas lo abanicaban. Tuve una pequeña charla con él para luego saltar al cuarto de ellos.
En ese momento no quería ver el sueño de mi madre. ¡Quién sabe con qué me encontraría! Por eso caminé rápido hacia fuera, ya estaba algo cansando. Opté por ir a buscar un vaso de agua antes de acostarme. Cuando llegué a la cocina había un gran reloj en la pared. No le hice caso y abrí la heladera. A penas miré hacia adentro de ésta hallé muchísimos relojes y ni rastro de comida. Grité espantado cuando todos empezaron a sonar al unísono, como mil despertadores haciendo ruido a la vez.
De pronto, abrí mis ojos despertando de esa situación. Estaba en mi cama, sano y salvo. Pegué un salto para levantarme cuando vi a mi perrito ladrando ahí. Empecé a juguetear un ratito con él, estaba contento.
Algo me pinchaba la pierna derecha. Metí mi mano en mi bolsillo y saqué un pequeño juguete, una miniatura de Tomi. Abrí los ojos sorprendido… “¿Cómo?” pensé “¿No estaba soñando?”

Seudónimo: Marta Legrind