domingo, 1 de noviembre de 2009

TAMARA Y EL MONSTRUO (A)

Su nombre es Tamara. Es la hija del guerrero Cluster y la bondadosa Sonia. Tiene dos hermanos, Wilén y Matías. Ha vivido solamente ocho temporadas de lluvia y ya se ha ganado el cariño de todo el pueblo “Azul del cielo”. Su familia, los Wailés, son muy reconocidos en el pueblo, ya que Cluster ha luchado en más batallas de las que se pueden imaginar y Sonia es una de esas personas que siempre ayudan al otro.
Tamara es una niña muy curiosa, y siempre está explorando lo que puede. Siempre acompañada por sus hermanos, busca tener emocionantes aventuras, y gracias a la imaginación que tiene, no le molesta buscarlas en el mismo jardín de su casa. Viste la ropa típica de su pueblo: telas que cubren todo el cuerpo, alpargatas y hermosas vinchas floreadas.
No está de más decir que, naturalmente, Tamara adora los animales, las plantas y todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Por esta razón, realiza sus tareas bajo la sombra de algún árbol, rodeada de pequeños animales. ¿Y cuáles son sus tareas? Las de cualquier mujer de “Azul del Cielo”, tejer mantas, colorear telas y recolectar frutos.
Como se sabe, en invierno aparece un monstruo que anuncia la llegada de la nieve con un intenso aullido…
Tamara ha ido en busca de este monstruo por varios años, y un día, tuvo la oportunidad de verlo en frente suyo.
En realidad fue una casualidad…
Tenía ella 5 años, estaba explorando las dunas que quedaban cerca de su hogar. Era en realidad la primera vez que salía de aventura y, por supuesto, estaba acompañada por sus hermanos. Era ya la cuarta semana de invierno, y de la nada, se escuchó un aullido que pareció haber estremecido al mundo entero. Matías inmediatamente pensó en el monstruo, y, como le habían advertido no acercarse, habló a sus hermanas y dijo: -“Me han contado sobre un monstruo que aullando, avisa la nieve, y me han dicho que me alejara de él, ya que es muy peligroso…” Tamara, deseaba ansiosamente ver en persona a esa leyenda de sus antepasados, aunque comprendió lo peligroso que era acercarse. Pero cuando se dio cuenta, su pequeña hermana Wilén había desaparecido.
Ella y su hermano buscaban desesperadamente, cuando se escuchó otro estremecedor aullido. No tenían alternativa, debían ir en busca del monstruo, pues donde él estuviera, estaría su hermanita.
Poco tiempo tardaron en encontrar a Wilén, pero junto a ella había un animal-humano tan horrible que asustó a Matías, que era un hombre muy valeroso.
El monstruo era jorobado, con cejas gruesas, y ojos de gato, tenía colmillos y uñas filosas, y ¡su piel era verde!
En ese momento, Matías quedó congelado, mirando al monstruo que parecía dormir en la parte baja de un árbol. Tamara en cambio, con enorme valentía y coraje, además de amor por su hermana, se acercó y la liberó de la soga que la tenía atrapada. Antes de que el monstruo pudiera abrir uno de sus ojos, los hermanos ya estaban corriendo, camino a su hogar.
Matías contó la historia a sus padres, quienes a su vez la contaron a todo el pueblo. Desde ese día, Tamara es considerada una heroína para el pueblo, sólo por la valentía que tuvo al enfrentar al monstruo. Al mismo tiempo, ella quedó asombrada por ese ser, y por esta razón cada cuarta semana de invierno, sale en busca del monstruo.

Seudónimo: Limonín

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